Manos limpias: luces y sombras

J. CASTRO VILLACAÑAS/ELMUNDO.ES- Las manos de Miguel Bernard (Bilbao, 1942) no cesan de atender a mensajes y llamadas en su móvil. «Es una locura», comenta el secretario general de Manos Limpias. Y es que ha sido la acusación de este sindicato la que ha permitido a Castro «reimputar» a la infanta. «Ahora era la BBC pero me han llamado de radios, periódicos y TV de Canadá, EEUU, Australia, Irán, Argentina. Todo el planeta quiere saber qué ha pasado con la infanta de España», explica este funcionario jubilado del Ayuntamiento de Madrid.

Han sido él y la abogada Virginia López Negrete (Valladolid, 1974) los artífices de un hito: una hija del rey de España llamada a declarar. «No tiene tanto mérito, la verdad», opina ella. «Para nosotros el caso está muy claro y nos hemos limitado a hacer verdad lo que afirmó el rey en su discurso de Navidad: todos somos iguales ante la Ley. También su hija».

Son muchas las felicitaciones recibidas en su sede madrileña, a escasos metros del cuartel del PSOE: «Tenemos el correo bloqueado». Pero tampoco han sido menores las críticas contra ellos: «Ya estamos acostumbrados». Y es que el lado oscuro del sindicato, las manos sucias de Manos Limpias, no dejan de aparecer en muchos medios, casi como único argumento para criticar la decisión del juez Castro.

«No somos un seudosindicato como nos acusan. Estamos legalizados como organización sindical en Trabajo desde mayo de 1995. Tampoco es verdad que no tengamos militantes: en ficheros constan cerca de 6.000 afiliados. Es verdad que sólo el 30% paga la cuota anual (60€), pero es consecuencia de la crisis». ¿Y la falta de actividad sindical al margen de su masiva acusación popular? «Otra falacia. Manos Limpias cuenta con seis representantes sindicales propios en el Ayuntamiento de Madrid, en distintos consistorios castellano-leoneses, Andalucía y la Junta de Castilla y León. Somos pocos pero existimos».

Otro misterio es quién financia tan ingente actividad (en 2013 presentó 105 acciones ante los tribunales). «No recibimos un solo euro público. Eso es lo que les duele a muchos, pero es la garantía de nuestra independencia. Recibimos el dinero de las cuotas de nuestros militantes, de donaciones de benefactores y venta de lotería. Es una economía de guerra, porque nuestros gastos son también escasos. Al mes no más de 2.900 euros. Los abogados cobran tarde, mal o nunca porque son simpatizantes o colaboradores», dice mientras López Negrete asiente con una sonrisa. Hay un dato «muy significativo», explica Bernard: «En muchos procedimientos cuando se nos pide la fianza para ejercer la acción popular, damos autorización a su Señoría para que acceda a nuestras cuentas bancarias, para que compruebe nuestra escasez de medios».

La tercera mancha que se lanza sobre Manos Limpias es el sambenito de sindicato ultraderechista. «Se debe a mi pasado, pues me presenté por el Frente Nacional a las Europeas de 1989, pero nunca he militado en Fuerza Nueva como se dice. Siempre he defendido la democracia, la Constitución y el ordenamiento jurídico. No admito lecciones de libertad política de ningún totalitario». Aquí interviene López Negrete: «Es igualmente falso que en el caso Nòos-Aizoon estemos interviniendo por animadversión contra el Rey o la Monarquía. Todo lo contrario. Yo represento a Manos Limpias en denuncias por injurias al Rey contra la alcaldesa de Alsasua y TV3. Existen otros ocho procedi-mientos donde defendemos el honor del jefe del Estado».

López Negrete confirma que trabaja en el interrogatorio que realizará el próximo 8 de marzo a la infanta Cristina.

--¿Se sentará finalmente en el banquillo?

--No tenemos ninguna duda--, contestan al unísono.

--¿Y Manos Limpias, tiene algo que ocultar?

-- Mire --dicen mientras muestran las palmas de sus cuatro manos--. Sólo están sucias de trabajar.

Fuente: www.elmundo.es